La obra de Oliverio Girondo me ha calado hasta los huesos cuando escuché algunos fragmentos de su poesía en una película. Me pareció irreverente, sabio, amoroso, un accidente de palabras ordenadas:
me importa un pito que las mujeres tengan los
senos como magnolias o como pasas de higo; un cutis de
durazno o de papel de lija. Le doy una importancia igual a
cero, al hecho de que amanezcan con un aliento afrodisíaco
o con un aliento insecticida. Soy perfectamente capaz de
soportarles una nariz que sacaría el primer premio en una
exposición de zanahorias; ¡pero eso sí! —y en esto soy
irreductible— no les perdono, bajo ningún pretexto, que no
sepan volar. Si no saben volar ¡pierden el tiempo las que
pretendan seducirme!
Fue entonces que me acerqué a su obra, quería apropiarme de la elegancia de sus frases que no sólo pretenden ser un ornamento:
NADA ansío de nada,
mientras dura el instante de eternidad que es todo,
cuando no quiero nada.
Palabras llenas de vida, de experiencia, sinceridad consigo mismo, un ser encontrado, conciliado con sus debilidades, aceptando la semsibilidad característica de quienes viven intensamente:
Llorar como un cacuy, como un cocodrilo... si es verdad
que los cacuies y los cocodrilos no dejan nunca de llorar.
Llorarlo todo, pero llorarlo bien. Llorarlo con la nariz, con
las rodillas. Llorarlo por el ombligo, por la boca.
La sensibilida característica de Girondo también le permite abordar, disertar, ENSAYAR sobre la pintura, sobre el devenir, los cambios, la teorización, la apreciación estética, un hombre de vasta cultura y abierto a las identidades culturales:
A estas ramificaciones del “Fauvismo” habría que agregar una tercera —cuyos representantes más genuinos son Rouault y Vlaminck— que, a pesar de no tener la misma trascendencia, se distingue por su interpretación patética de la naturaleza y de la vida. Pero la figura más importante, alrededor de la cual se agrupará, en un cierto momento, buena parte del movimiento pictórico y que ejerce, hoy mismo, tal ascendiente, que casi resulta inconcebible otra postura que la de estar a favor o en contra suyo, es la de Picasso. Difícilmente podría pronunciarse el nombre de otro artista cuya obra haya inspirado más odio, más amor, y exprese, con mayor autenticidad, la inquietud y el descontento de nuestra época.
Un poeta que seduce, que erotiza con la desnudez de las palabras, sin rodeos, directo al momento, a la pasión del instante recordado, cotidiano:
Se miran, se presienten, se desean,
se acarician, se besan, se desnudan,
se respiran, se acuestan, se olfatean,
se penetran, se chupan, se demudan…
se desgarran, se muerden, se asesinan,
resucitan, se buscan, se refriegan,
se rehuyen, se evaden y se entregan.
Dejarse arropar por la poesía de Girondo permite no sólo acceder a uno de los poetas más importantes del S. XX, permite vivirnos con otra mirada, con otros pensamientos, incluso vivirnos y morirnos con la elegancia que caracteriza a la poesía escrita con deseo, con vida, con miedos, con libertad... en pocas palabras, obra para mejorar nuestros días.
Que la disfruten.
Tonatiuh Laguna.
2 comentarios:
Enlace para bajar la obra completa en PDF:
http://cid-52fb243d58337d69.office.live.com/self.aspx/Textos/Girondo.pdf
Suerte !
¿Qué es mejor que leer poesía en el espacio propio, con una deliciosa bebida, a media luz de la luna? Que exista un hombre a un lado que la produzca con sólo mirarnos de soslayo.
Publicar un comentario